En determinados sectores de actividad, existe normativa legal que obliga a la realización de estudios de mercado para evitar desequilibrios entre oferta y demanda, por ejemplo, en la implantación de supermercados e hipermercados, centros comerciales cerrados…
Si bien es cierto que cualquier empresa que desea iniciar su actividad debería realizar un estudio de mercado, también, a lo largo de nuestra trayectoria profesional, hemos podido comprobar que una buena parte de las personas físicas y empresas que contactan con nuestra compañía solicitando un estudio de opinión o mercado, para garantizar la apertura y subsistencia de la empresa, no lo necesitan.
Por lo tanto, nos vemos obligados a responder a la pregunta ¿cuándo es necesario hacer una investigación de mercados en la apertura de un negocio? Lógicamente el disponer de información contrastada y fiable siempre es algo positivo en la toma de decisiones empresariales, y los estudios de viabilidad económica junto con los de opinión y mercado nos pueden garantizar la subsistencia de una empresa y por tanto la inversión realizada. Sin embargo, el empleo de encuestas, censos y demás trabajos de campo realizados ad hoc hace, en algunos casos, que el coste de los estudios sea elevado y no sea recomendable el realizarlos.
Por poner un ejemplo, si un profesional pretende abrir un negocio donde la inversión es mínima: seguros, gastos de alquiler en un establecimiento de reducido tamaño, suministro eléctrico, suministro de agua… lo más lógico es que en lugar de realizar un estudio de mercado abra el negocio y pruebe de subsistir (método prueba-error), dado que con la inversión que supondría realizar el estudio podría cubrir los gastos de un largo periodo de tiempo. Si por el contrario, ese mismo empresario tiene otros gastos extraordinarios como renovación o compra del local, compra de mercadería y almacenaje de la misma, compra de vehículos de transporte… en este caso sí que sería recomendable hacer un estudio de mercado que, por un lado, le garantice si existe suficiente demanda para la subsistencia de su empresa, y por otro, le oriente hacia el posicionamiento que debe adoptar, le descubra los escollos que se encontrará, identifique los nichos de mercado existentes y un largo etcétera de información que le permita una perfecta adaptación a las demandas del mercado.
En definitiva, el criterio que determina la necesidad o no de un estudio de mercado en la apertura de un negocio es desde luego el cociente entre el volumen de la inversión y el coste estimado del estudio de mercado.